Librería Picasso de Granada. Muchas gracias a todos por vuestra calurosa acogida. A los que estuvieron y a los que no pudieron.
Todos tenéis vuestro rodalillo en mi corazón.
Ahora comienza la tarea de empujar estas letras para que vuelen bien alto, someterme a las caricias de la humildad y seguir escribiendo de ilusiones.
No me olvidaré de regar mis agapanthus cada atardecer…
